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Confilegal |Sonia Frouchtman señala las carencias de la ley de bienestar animal: «Es difícil ver las lagunas hasta que no entran en vigor»

Un año después de la publicación en el BOE de la ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales, Sonia Frouchtman, abogada experta en la materia y líder del nuevo departamento de Derecho de los animales de Escura, indica que apenas en este momento pueden observarse las carencias en la normativa. «Todas las leyes parecen lógicas en escrito, y algunos temas parecen hasta sencillos, pero es difícil ver las lagunas hasta que no entran en vigor».

Esta ley conllevó la modificación del Código Civil que determina que los animales son seres sintientes, si bien no personas, y se establecieron sanciones en el Código Penal, determinando las actuaciones con pena de cárcel o multas calculadas de acuerdo a las capacidades económicas del ofensor. Según Frouchtman, «hay voces críticas que dicen que las penas no quedan en nada si hay una opción para pagar una multa, que quedan descalificadas».

Otra cuestión que supone un problema es la imposición de prohibiciones de mascotas en los pisos de alquiler, de lo cual no aparece nada en el texto de la ley. «Es una laguna que quizás se podría haber legislado», dice la letrada, describiendo el caso de un cliente que no podía entrar en un nuevo piso con su mascota. «Hoy, que casi que hay más mascotas que niños y se fomenta su adopción, no puede tener un gato en casa».

También lamentó la exclusión de los animales de caza de la normativa, aunque destaca que «fue parte de un pacto político para conseguir algo que no existía».

Frouchtman pone en relieve que la mayoría de las acciones penadas «ya se condenaban en el mundo social, la gente las conocía, pero es diferente perseguirlas; sin definición, no hay sanción».

En este sentido, dice que, «de momento, la ley es suficiente, un paraguas para que las comunidades autónomas y municipios tengan espacio para legislar en asuntos que no están descritos exhaustivamente, como el límite de horas que las mascotas se pueden quedar solas».

«Una ley nacional debe ser general, varias comunidades autónomas tienen competencias para legislar», afirma, añadiendo que «ayuda a los jueces a homogeneizar los criterios». «Ya no hace falta valorar la normativa municipal en cada caso, la ley ofrece más herramientas».

LOGROS Y «EXAGERACIONES»

«Ya se logró que se sacaran los animales de los escaparates de los sitios en los que los venden», apunta Frouchtman como uno de los triunfos de la ley. También destaca la tipificación del agravante vicario en el maltrato animal. «Es más común de lo que imaginas», sentencia gravemente.

Cuando la acusación demuestra las intenciones de causar daños emocionales a una persona al incurrir en delitos de maltrato animal, se considera un agravante, consideración que ha quedado plasmada en una modificación del Código Penal.

«La mayoría de los hombres violentos no pegan, sino que ejercen un maltrato psicológico destruyendo muebles, con palabras violentas y, en este caso, agrediendo a las mascotas», dice Frouchtman, sin dejar de mencionar que es una circunstancia «difícil de probar».

A pesar de estos puntos positivos, quedan detalles por corregir, como la falta de exclusión de las ratas de ciertas protecciones. «Podemos contar con que la regulación de control de plagas puede ayudar a exonerar a las personas que matan ratas», dice Frouchtman.

«Ya se logró que se sacaran los animales de los escaparates de los sitios en los que los venden», apunta Frouchtman como uno de los triunfos de la ley. También destaca la tipificación del agravante vicario en el maltrato animal. «Es más común de lo que imaginas», sentencia gravemente.

Cuando la acusación demuestra las intenciones de causar daños emocionales a una persona al incurrir en delitos de maltrato animal, se considera un agravante, consideración que ha quedado plasmada en una modificación del Código Penal.

«La mayoría de los hombres violentos no pegan, sino que ejercen un maltrato psicológico destruyendo muebles, con palabras violentas y, en este caso, agrediendo a las mascotas», dice Frouchtman, sin dejar de mencionar que es una circunstancia «difícil de probar».

A pesar de estos puntos positivos, quedan detalles por corregir, como la falta de exclusión de las ratas de ciertas protecciones. «Podemos contar con que la regulación de control de plagas puede ayudar a exonerar a las personas que matan ratas», dice Frouchtman.

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