Dispensar un medicamento con su preceptiva receta, pública o privada, no es lo único que debe observar el farmacéutico para cumplir con la buena praxis profesional. Ésta es una de las conclusiones que se desprende de la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia contra una oficina de farmacia a cuyo titular el Servicio Gallego de Salud (Sergas) le ha impuesto una sanción de 60.001 euros.
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